Para asegurar la longevidad del motor, es necesario llevar un mantenimiento periódico de tu vehículo.

Es por eso que, cada cierto tiempo, tendrás que llevarlo al taller para realizar un cambio de aceite, filtros y líquidos y así evitar averías mayores en tu coche.

¿Por qué es importante cambiar el aceite?

Para que el motor funcione en perfectas condiciones debe estar lubricado, y el aceite es el encargado de esta tarea.

Este producto debe estar presente en cada vehículo, pero su única misión no es solo lubricar: también evita que se caliente el propulsor, lo protege del desgaste y lo limpia de impurezas.

¿Qué hay de los filtros?

En cada coche, existen cuatro filtros imprescindibles que evitan que las impurezas lleguen al motor.

  • Filtro de aire, capaz de canalizar casi 600.000 litros de aire por hora y que evita que la suciedad entre en el motor.
  • Filtro de aceite, que recoge las impurezas que circulan por el motor, por lo que lo mantiene limpio.
  • Filtro de combustible, encargado de retener los depósitos de suciedad derivados del combustible.
  • Filtro de habitáculo, que evita la entrada de aire de mala calidad en el interior del vehículo, manteniendo la salud de los ocupantes.

¿Y los líquidos?

Los líquidos del coche también tienen fecha de caducidad: estos componentes empezarán a perder propiedades y a no ser tan efectivos, haciendo que el motor de tu coche sufra más descaste. Los más importantes son:

  • Líquido refrigerante, que evita el sobrecalentamiento del motor.
  • Agua del limpiaparabrisas, imprescindible para mantener las lunas limpias.
  • Líquido de frenos, que proporciona un funcionamiento correcto de los frenos.

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