¿Cómo recorrer largas distancias sin la necesidad de caminar durante días o de subirse a un tren de pasajeros? Esa debió ser, sin duda, una de las preguntas que más surgían en la mente del ser humano desde la aparición del ferrocarril en 1825.

La respuesta tardaría unos cuantos años en llegar: a finales del siglo XIX, Carl Benz patentó el primer automóvil motorizado con motor de gasolina, revolucionando por completo la industria automotriz para siempre.

¿Cómo era el primer coche?

Ya en el siglo XVI, Leonardo Da Vinci creó unos bocetos de unos vehículos sobre ruedas que, si se hubieran llegado a fabricar, hubieran sido coches.

Sin embargo, esto se mantuvo como lo que era: un sueño sin realizar, que se materializó tres siglos después gracias al inventor alemán Carl Benz.

Así, el inicio de este primer coche se remonta al año 1885, cuando Benz construyó un motor de cuatro tiempos que podía alcanzar una potencia de 0,75 CV. Además, contaba con tres ruedas y alcanzaba los 16 km/h, siendo el primer vehículo impulsado por un motor de combustión interna.

Los primeros pasos

A las puertas del siglo XX, empezaron a surgir las primeras compañías automovilísticas: la francesas Panhard et Levassor y Peugeot, que, aunque fueron pioneras en el campo, fue Estados Unidos el que elevó a la industria automovilística su máximo potencial gracias a Henry Ford.

Ford creó el sistema de producción en cadena con el que testó la fabricación del Ford T, que fue un éxito de ventas por parte de la compañía.

Casi 140 años después de la aparición del primer automóvil, los cambios en la industria han sido de tal magnitud que el primer prototipo nada tiene que ver con los modelos actuales. Si quieres saber más o buscas un taller de confianza, FASEmotor es tu sitio. ¡Ponte en contacto con nosotros!