Aunque parezca que los coches híbridos son un invento muy vanguardista, la realidad es que su origen se remonta a finales del siglo XIX, cuando Gastón Planté, un científico francés, crea la primera batería recargable.
A partir de ahí, las mejoras tecnológicas y también la evolución de los motores contribuyeron a la fabricación de lo que hoy en día se conoce como coches híbridos.
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¿Cómo funcionan los coches híbridos?
Los coches híbridos son aquellos que combinan un motor a combustión (es decir, a gasolina o diésel) con un motor eléctrico. La gasolina impulsa el funcionamiento del motor y recarga la batería cuando el vehículo está en funcionamiento.
En trayectos cortos y a baja velocidad, los coches híbridos solamente utilizan su motor eléctrico, por lo que resultan 0 contaminantes.
Tipos de híbridos
Híbridos convencionales
La característica que define a este tipo de híbridos es que disponen de una batería que se recarga durante la conducción.
Su autonomía es mucho menor que en otros modelos, aunque gracias a sus motores combinados, el coche puede rodar en modo 100% eléctrico cuando la batería dispone de carga.
Híbridos enchufables
Al igual que los convencionales, estos vehículos también pueden recargarse durante la conducción, aunque necesitan alimentarse a través de las estaciones de carga. También cuentan con motor de combustión, aunque utilizan el motor eléctrico de manera prioritaria.
Por otro lado, existen los coches 100% eléctricos, cuya propulsión es totalmente eléctrica. Estos coches cuentan con el distintivo de Cero Emisiones.
Bajo impacto medioambiental
Esta es la principal ventaja de un coche híbrido, ya que sus emisiones de gases contaminantes pueden ser 0 en caso de los eléctricos y muy bajas en caso de los convencionales y enchufables.
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